El impacto del COVID-19 sobre la salud física y mental es impresionante. El distanciamiento social hace que todo se vuelva más complejo. Esto hace necesario que aprendamos algunas maneras de enfrentar ciertas situaciones durante ésta pandemia.
El COVID-19 ha traído incertidumbre, alteraciones en nuestra vida cotidiana, problemas económicos y aislamiento social. Es muy probable que tengas miedo de enfermar o morir o que esto le pueda suceder a tus seres queridos.
Es común en estos tiempos que las personas se sientan estresadas, temerosas, ansiosas o depresivas. Inclusive se pueden tener alteraciones en nuestro patrón de sueño y/o padecer de insomnio.
El aprender algunas estrategias de auto-cuidado pueden ser de utilidad para enfrentar ésta situación.
MEDIDAS DE AUTO-CUIDADO
Estas medidas pueden ayudarte a mejorar tu salud física y mental. Sin embargo, si no son suficientes, no dudes en acudir a un profesional de la salud para tu atención. MÁS VALE PREVENIR QUE LAMENTAR.
Cuida tu cuerpo, presta atención a tu salud física:
- Duerme lo suficiente. Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días.
- Participa regularmente en alguna actividad física. La actividad física regular y el ejercicio pueden ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.
- Come de manera saludable. Evita comer "comida chatarra". Limita la cafeína ya que puede agravar el estrés y la ansiedad.
- Evita el consumo de tabaco, alcohol o drogas.
- Limita el tiempo frente a una pantalla (tv, celular, tableta, etc.), sobretodo 30' antes de dormir.
- Relájate y recarga las pilas. Reserva tiempo para tí mismo. Muchas personas se benefician practicando la respiración profunda, escuchando música, o leyendo u oyendo un libro. Existen muy buenos audiolibros en Youtube. Elige una actividad que funcione para ti y practicala con regularidad.
Cuida tu mente, reduce los factores de estrés.
- En La medida de lo posible, mantén tu rutina normal. Cuida tus horarios para levantarte de la cama, darte un baño y vestirte (aún cuando no vayas a salir de casa). Mantén una rutina para estudiar, trabajar y hacer ejercicio. En la medida de lo posible, mantén control sobre tu vida y disfruta de ella.
- Limita tu exposición a los medios de comunicación. Solo presta atención a las recomendaciones locales y nacionales. La SOBREINFORMACIÓN solo contribuye a aumentar el estrés, los temores y la ansiedad. Más si ésta información es falsa, tendenciosa o alarmista.
- Mantente ocupado. Hacer algo positivo para controlar la ansiedad es una estrategia sana de afrontamiento.
- Concéntrate en los pensamientos positivos. Elige enfocarte en las cosas positivas de tu vida en lugar de pensar en lo mal que te sientes. Considera comenzar cada día haciendo una lista de las cosas por las que estás agradecido. Mantén un sentido de esperanza, esfuérzate en aceptar los cambios cuando se presentan, y trata de considerar los problemas en perspectiva.
- Usa tus valores morales o tu vida espiritual como apoyo: tu fé religiosa puede darte fortaleza y consuelo en estos momentos difíciles.
- Establece prioridades. No te abrumes creando una lista de cosas que te cambiaran la vida y que quieres lograr mientras estás en casa. Fija metas razonables todos los días y haz un esquema de los pasos para lograrlos. Reconoce tus logros por cada paso en la dirección correcta, sin importar lo pequeños que sean. Y acepta que algunos días serán mejores que otros.
Mantente en comunicación con tus amigos y seres queridos. Si necesitas quedarte en casa y mantener una sana distancia,
evita el aislamiento social. Manda correos electrónicos o mensajes de texto desde alguno de tus dispositivos electrónicos. Si estás trabajando a distancia desde tu casa, pregunta a tus colegas cómo están y comparte consejos para sobrellevar la crisis. No olvides hablar con quiénes viven en casa.
Ayuda a quién lo necesite. Encuentra un propósito ayudando a la gente que te rodea, sin olvidar las recomendaciones de higiene para evitar contagios.
Si te es posible, presta apoyo a un familiar o a un amigo. Si ellos necesitan aislarse por razones de seguridad o se enferman y necesitan hacer cuarentena en su casa o el hospital, piensa en maneras de permanecer en contacto.
¿Qué es normal y qué no lo es?
El estrés es una reacción psicológica y física normal a las exigencias de la vida. Todos reaccionamos de manera diferente ante situaciones difíciles, y es normal sentirse estresado y preocupado durante una crisis. Pero los desafíos diarios, como los efectos de la pandemia de COVID-19, pueden afectarte más allá de tu capacidad de afrontamiento.
Muchas personas pueden presentar síntomas de estrés, ansiedad o depresión. Inclusive tener insomnio.
A pesar de empeñarse en sentirse bien pueden sentirse tristes, desamparados, enojados, irritables, temerosos, ansiosos, etc. Tal vez no puedan concentrarse en sus actividades cotidianas o tener alteraciones en el apetito, el sueño o la vida íntima. Otras más tendrán enormes dificultades para para concentrarse y poner atención en las cosas.
Cuando éstas molestias duran días o semanas y te causan problemas para llevar a cabo tu vida diaria es el momento de considerar el pedir ayuda profesional.
Esperar a que los síntomas emocionales desaparezcan por si solos puede llevar a que empeoren. Si estás preocupado excesivamente o si notas que tu estrés va "de mal en peor" no dudes en acudir con un Especialista de la Salud Mental.