Es el sentimiento de tensión física o emocional que proviene de situaciones cotidianas (el trabajo, por ejemplo). Es la reacción del organismo ante los desafíos y demandas de la vida.

En “pequeñas cantidades” y por lapsos cortos de tiempo es positivo y útil, ya  que ayuda a enfrentar los problemas de una manera asertiva.

De hecho hasta cierto punto, el estrés es normal. Sin embargo, cuando el estrés es intenso y prolongado puede afectar la salud en general.


Hay 2 tipos de estrés:

a) Estrés Agudo: es de corta duración y se presenta por ejemplo cuando se tiene una discusión con la pareja, al presentar un examen en la escuela, durante el examen de manejo para obtener la licencia de conducir, etc. También ocurre cuando se hace algo nuevo y emocionante, como subirse a la montaña rusa. Este tipo de estrés es normal ya que ayuda a sobrellevar estas situaciones de la manera más adecuada. Todas las personas sienten estrés agudo en algún momento u otro en la vida.

b) Estrés Crónico: es aquel que tiene semanas, meses o inclusive años de estar presente. Ocurre cuando se tienen problemas financieros, conyugales, laborales, etc. Quien lo padece puede acostumbrarse tanto que no se da cuenta de que esto es un problema hasta que su organismo se lo avisa a través de síntomas físicos y/o psicológicos.


El organismo reacciona ante el estrés liberando sustancias químicas en el torrente sanguíneo. Estas sustancias hacen que nuestro sistema nervioso se mantenga alerta aumentando la tensión muscular, la presión arterial y el pulso, preparando a la persona para “huir o enfrentar” un peligro inminente. Como mencione líneas arriba, esto es útil en el corto plazo siempre y cuando sea de manera transitoria. Cuando el estrés se vuelve crónico, el cuerpo se mantiene en alerta aunque no sea necesario y esto con el tiempo predispone al organismo a tener problemas de salud tanto físicos como psicológicos. Algunos de estos problemas son: hipertensión, diabetes, insomnio, ansiedad y depresión, entre los más frecuentes.

Algunos de los síntomas asociados al estrés son los siguientes: diarrea o estreñimiento, dolores musculares (rigidez de nuca y dolores en cuello y espalda baja), cefalea, falta de energía, dificultades en la concentración y atención, mala memoria, alteraciones en el funcionamiento sexual, dificultades para dormir, uso perjudicial de alcohol o drogas (“para relajarse”), etc.


Causas frecuentes de estrés crónico son:

  1. Casarse o divorciarse

  2. Iniciar en un nuevo empleo

  3. Problemas laborales

  4. Despido del trabajo

  5. Jubilación

  6. Nacimiento de un hijo

  7. Problemas económicos

  8. Cambio de residencia (casa, ciudad, país)

  9. Padecer de alguna enfermedad

  10. Problemas familiares, etc.


El estrés crónico es algo serio que causa problemas a la salud de la persona que lo padece. Busque ayuda profesional tan pronto se percate de ello.


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